NUESTRA HISTORIA
Nuestra historia comienza en la cocina de una casa, allá por los años 90, con una olla llena de aceite burbujeando sobre la estufa. Durante muchas noches, la familia freía pequeñas tandas de papas cortadas a mano, una tras otra. Los cocineros buscaban replicar esas papitas estilo callejero de sus pueblos en México. Y mientras los niños disfrutaban felices aquellas noches de “papitas para cenar”, apenas estaba iniciando un camino emprendedor que hoy suma más de treinta años.
En 1992 abrimos nuestra primera fábrica de papas fritas en Los Ángeles, California, y la llamamos “La Placita”. El nombre nace de esas pequeñas plazas que se encuentran en el corazón de muchos pueblos tradicionales de México y de toda Latinoamérica. Es ahí, entre las calles que rodean la placita, donde los vendedores ofrecen antojitos y botanas a quienes pasean por la zona.
En La Placita, hacemos botanas con auténtico estilo callejero.